martes, 26 de octubre de 2010

IRIDOLOGÍA

REFLEXIONES EN TORNO A LA IRIDOLOGÍA RENOVADA DE GILBERT JAUSAS
Por Pedro Palma

Se remonta a las fuentes de tal vez más de 1.000 años A.C.y está de acuerdo con la genética y la embriología.

El hombre contempla el cielo, observa la naturaleza, así como las distintas relaciones que existen entre los seres, las cosas, los acontecimientos.

Esta observación le ha llevado a comprobar que existe una correspondencia entre el cuerpo humano, dividido en doce partes y los doce signos del zodíaco, es así que las leyes de la tierra y el cielo se interrelacionan y que el hombre de aquellos tiempos miraba a los ojos para conocer el estado de salud.

Jausas alude al Dr. Allendy, quien interpretaba el aforismo de la Tabla de Hermes: “Encontramos en el hombre un resumen, un esquema del Universo entero, el mismo orden, las mismas leyes, la misma armonía que rigen el microcosmos.”

Es el punto de inicio y que ha sido base de la topografía iridiana de Jausas. Señala que a partir de lo anteriormente expuesto, la Iridología renovada avanza con un nuevo paso. Se plantea una serie de interrogantes que merecen un análisis minucioso o por lo menos despertar la curiosidad de todos aquellos que amamos la Iridología y que pretendemos con nuestros aportes, dilucidar aspectos aún no desentrañados.

Inicia su análisis preguntando: “¿Por qué nadie se ha interesado en los ojos de los niños?”¿Es molesto comprobar que son portadores de signos iridianos no justificados? ¿Por qué pues hay los mismos signos iridianos en los jóvenes, incluso los bebés, que los que se encuentran, y se interpretan, en los adultos, mientras que en la mayor parte de las ocasiones nada conocido los justifica? Interesante verdad, nos ponemos un poco inquietos y nos preocupa. Esto es bueno, nos permite activarnos y repasar un poco nuestros conocimientos y regresar a los fundamental; observar y de muy buena forma, buscar el diálogo y mejorar la comunicación entre los pares, para que en conjunto establezcamos posiciones que nos permitan aunar criterios y de allí, a la verdad.

Sigamos con Jausas: Al nacer, los iris son grises, azul oscuro, con, a veces un tono avellana. La época en que termina la pigmentación varía según los sujetos. Puede realizarse antes de un mes o un poco más tarde. Es en este momento, cuando aparecen los signos iridianos. Los primeros son los copos blancos, que se presentan al comienzo, bajo una forma alargada y en el sentido radial. Antes de la pigmentación definitiva, el iris está liso y no presenta marcas.En relación a esto puedo argüir una experiencia de muchos años atrás con un sobrino con algunos meses de vida, de ojos azul intenso muy nítidos, observé ya, algunos signos iridianos, destacándose entre ellos, fibras blanquecinas abultadas en la zona renal de ambos iris, preocupado comenté esta situación con mi hermana y la aconsejé que debiera tener cuidado con el bebé. Hoy tiene 20 años, se le ha practicado diversos exámenes y nada, según la medicina alopática…Jausas señala que estos hechos son innegables, fotografiables y que nos muestra que los signos iridianos no son la consecuencia de las enfermedades y que no aparecen con ocasión de una patología, sino que la preceden. Si algunos signos no están marcados en los iris, esto no puede ser el sistema reflejo que no ha funcionado, ya que acabamos de comprobar que no está para nada en la aparición de los signos iridianos.

Sigue Jausas señalando, que tenemos predisposiciones hereditarias, es la teoría homeopática que hace pasar el terreno en primer lugar. Desde entonces, los iris nos muestran tal vez la programación genética de las partes débiles del cuerpo humano, de lo que vamos a seguir conociendo. Se puede pues decir que los signos iridianos aparecen como el reflejo de un estado orgánico, bien sea nervioso o cualquier otro. Las hiperpigmentaciones, los arcos circulares, las malas tramas iridianas observadas en los niños, revelarían disposiciones mórbidas hereditarias. Ahora, ¿Cuándo van a declararse estas afecciones patológicas? ¿En qué momento? ¿En qué época? La respuesta está, tal vez, en el estudio del comportamiento de los genes. Un gen o varios genes, dice Jausas, pueden formar un mensaje. Este mensaje se trasmite de generación en generación, pero, no siempre se expresa. Su expresión depende del medio ambiente y, si no puede exteriorizarse, pasará a la generación siguiente. Asimismo, sabemos que somos portadores de “genes ancestrales”, que parecen no funcionar en las condiciones normales de existencia. Se sabe con certeza, que cierta parte del material genético no funciona más que a ciertas edades de la vida y también que la información contenida en un gen, aunque conservada durante toda la vida del individuo, no se expresa permanentemente. Ahora reemplacemos la palabra gen por la de signo iridiano, y leeremos: la información contenida en un signo iridiano, aunque conservada durante toda la vida del individuo, no se expresa permanentemente. Esto aclara singularmente nuestra interpretación.

Como una forma de resumir aspectos fundamentales de la Iridología Renovada y a los postulados de Gilbert Jausas, podemos decir:

-LOS SIGNOS IRIDIANOS SEÑALAN PREDISPOSICIONES.

Cuando se observa un útero fribromatoso en una persona que no presenta ningún síntoma. Ella considera que estamos en un error. No es hasta más tarde, que un fibroma vendrá a darnos la razón. La predisposición existe, sin embargo, la fecha de su manifestación, nos es desconocida. Cuando notamos hiperpigmentaciones, sobrecargas endógenas o exógenas, puede que aún no sea el momento para que se concreticen.

-LAS PREDISPOSICIONES NO SON ENFERMEDADES.

No necesariamente un órgano afectado por un signo iridiano estaría en falencia. Si se cuida, se respeta, nunca dará problemas. El signo iridiano designa la debilidad y es posible que no aparezca en los descendientes. Al contrario, si una patología lo afecta, es posible que se encuentre este órgano marcado en el iris de uno de sus hijos.

-LOS SIGNOS IRIDIANOS PERSISTEN DESPÚES DE LA CURACIÓN.

Dado que los signos iridianos están ahí al nacer y al final de la vida, es obligado comprobar que éstos, los signos, estaban, están y estarán inscritos, pase lo que pase, ya que representan siempre un punto débil en el organismo.

-LOS SIGNOS IRIDIANOS SERÍAN IMPRESIONES GENÉTICAS.

Los signos iridianos podrían ser considerados como las impresiones genéticas de los puntos débiles del organismo, que son susceptibles de enfermedades, las recaídas son posibles, dado que la predisposición no es borrada del todo.

-ENFERMEDADES QUE NO JUSTIFICAN NINGÚN SIGO IRIDIANO.

Existen enfermedades que ningún sigo iridiano justifica. Nos hallamos en presencia de una locación intacta, mientras que ha habido un enfermedad o ablación del órgano correspondiente. ¿Entonces? Se puede considerar que si un órgano está sano, curado, sin que haya un signo afectándole, es que la enfermedad ha tocado un órgano no marcado genéticamente, es decir, un órgano sano. Es lo que Jausas, llama una enfermedad “accidental”, que afecta a un órgano normalmente resistente, que debe sanar en mejores condiciones que un órgano predestinado.

-OPERACIONES HECHAS A LA LIGERA.

Si tenemos una ablación de órgano: útero, ovario, etc. No indicada por un signo iridiano, es que se ha eliminado un órgano no predestinado a la enfermedad, un órgano robusto afectado por una enfermedad accidental, luego con todas las probabilidades de curación. Este razonamiento, que se encadena lógicamente, nos indica, si hay una esperanza de curación, salvar un órgano y no recurrir a la operación más que en caso extremo.

-LA EVOLUCION DE UNA LESIÓN.

Es difícil afirmar que se pueda seguir la evolución de una enfermedad, como se creía, basándose en la laguna cerrada o no, ya que los niños muy jóvenes son a veces portadores de lagunas cerradas y abiertas. Para Jausas, la laguna cerrada indicaría una posibilidad de carencia limitada, mientras que la laguna abierta significaría una posibilidad de carencia limitada más amplia y más extensa. La colaboración del interesado es importante, son sus revelaciones, sus síntomas, los que nos muestran sus iris. Todo esto nos permite determinar el punto, decirle donde se encuentra, si su enfermedad es accidental o no, mostrándole a la vez, su responsabilidad.

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